10 de diciembre de 2012

Tsunamis: Qué son y qué hacer

Qué hacer si hay un fuerte terremoto en la costa -
CC-by-sa Martin Abegglen

Después de un fuerte terremoto con epicentro cercano a la costa, las posibilidades de que se produzca un maremoto son altas. Por esto, hay que saber qué hay que hacer.


El término tsunami procede del japonés y significa literalmente “ola de puerto”. Esta palabra se refiere a olas que se producen en el mar debido a movimientos sísmicos, deslizamientos del fondo oceánico, erupciones volcánicas o impactos de meteoritos. En la actualidad, en la lengua castellana, este vocablo nipón está ampliamente extendido tanto en la comunidad científica como en los círculos periodísticos, en detrimento de la palabra “maremoto”, que se refiere al mismo fenómeno.


Hay tsunamis en todos los mares y océanos

Históricamente, es el océano Pacífico el que registra una mayor cantidad de tsunamis conocidos. Sin embargo, estas olas no son exclusivas de estas aguas y pueden producirse en cualquier mar del planeta. Entre el año 2000 y el 2010 decenas de tsunamis de diferentes intensidades se produjeron en el Pacífico. En ese mismo período se produjeron más de una decena de maremotos en el océano Índico, 5 en el mar Caribe (incluyendo dos por erupciones volcánicas) y otros 5 en el mar Mediterráneo (incluyendo uno por erupción volcánica y uno por un terremoto en el Mar Muerto).

Obviamente que se genere un maremoto no implica que este llegue a ser destructivo. Actualmente los sensores pueden llegar a captar pequeñas variaciones en el mar y muchos de estos tsunamis que antes pasaban desapercibidos ahora son recogidos.

Cómo se forma un maremoto

Los tsunamis se generan principalmente por movimientos verticales en el fondo oceánico, siendo los terremotos la causa más común. Cuando un seísmo provoca levantamientos o hundimientos en el fondo del mar origina el mismo efecto en la superficie del agua, en donde esa perturbación se propagará en forma de onda hasta que consiga detenerse.

Barco arrastrado por el tsunami de 2010 en
Concepción, Chile - USGS
Esa onda puede ser de mayor o menor altura dependiendo del desplazamiento que se haya producido en el suelo del océano. De esta forma, un maremoto puede no ser destructivo y acarrear tan sólo una leve subida del nivel del mar, aunque en ocasiones sí se convierten en olas gigantes y llegan a ser catastróficos, como ocurrió en 2004 en Sumatra, en Chile en 2010 o en Japón en 2011.

Qué hacer ante la posibilidad de un tsunami

Así, cuando se siente un fuerte terremoto y el lugar en el que se encuentra está en la costa, hay varias cosas que se deben conocer y tener en cuenta para evitar riesgos mayores, ya que en las áreas cercanas al epicentro, si se produce un tsunami, éste llegará en un plazo muy breve.

La primera, como es obvio, es saber que existe la posibilidad de que se genere un tsunami tras el seísmo, que éste puede ser grande y que puede llegar en unos pocos minutos. Conociendo esto, lo siguiente que hay que hacer es estar atento al mar y si se observa un retroceso inusual, dirigirse a zonas altas naturales, como montañas, o áreas lo más alejadas de la costa posible y subir a lugares altos.

Sin embargo, puede ocurrir que el maremoto llegue sin una retirada del mar, por lo que también hay que estar atento a extrañas y grandes olas que puedan observarse. Lo que no hay que hacer en ningún caso es quedarse a ver las olas llegar a la playa, puesto que esta es una zona peligrosa.

Encontrarse cerca de un río en la costa es peligroso ante una ola gigante

Destrucción en Japón en 2011 por el tsunami que siguió al
terremoto de magnitud 9 - Official US Navy
También hay que alejarse de las desembocaduras de ríos y de estas corrientes de agua, ya que el mar aprovecha estas hendiduras en la tierra para avanzar más rápido. Y no hay que confiarse cuando la primera ola se retira, puesto que los tsunamis no son una simple ola, se componen de un tren de olas que van llegando a la costa durante un cierto periodo de tiempo. A menudo, la primera de ellas no es la más grande.

Se tiene constancia de que pueden estar llegando olas durante varias horas e incluso el mar se puede quedar agitado durante períodos más largos. Y por último hay que seguir las recomendaciones de las autoridades responsables de la seguridad y protección de los ciudadanos, ya que serán las que dispongan de mayor información sobre el posible peligro que pueda estar acechando.

Otra opción más cautelosa es no esperar a ver señales de alarma y alejarse del mar tras sentir el seísmo, pero siempre sin que cunda el pánico. Si en las tres o cuatro horas siguientes no aparece ninguna ola catastrófica, lo más normal es que no se vaya a producir.

Además, en el caso de que el epicentro del seísmo se encuentre alejado y no se llegue a percibir el terremoto, se deben seguir las recomendaciones de las autoridades y si existe cierto peligro no acercarse a las zonas costeras. El conocimiento de las señales de alerta puede llegar a salvar muchas vidas, más aún cuando la población se concentra cada vez más en áreas de riesgo o viaja a zonas potencialmente peligrosas. Así, es necesario que estas recomendaciones lleguen al mayor número de personas posible.

A continuación un vídeo de la NOAA en el que se explican conceptos básicos de los tsunamis (en inglés):

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