3 de enero de 2013

Supervolcán: qué es y consecuencias de su erupción

En Yellowstone hay un supervolcán - CC-by Jeff Gunn

Cuando un volcán tiene una erupción de grandes proporciones se considera un supervolcán. Proceso y consecuencias de esta supererupción.


A lo largo de la historia han sido muchos los volcanes que han hecho erupción y afectado, de una manera u otra, al ser humano y a su caminar por el paso de los años. Estas erupciones volcánicas han sido de diversa magnitud. Sin embargo, en los últimos milenios las explosiones volcánicas más fuertes no han llegado a tener la intensidad necesaria para estar en lo alto de la lista de los volcanes más poderosos, los supervolcanes.


Qué es un supervolcán


Un supervolcán es un volcán o una región volcánica capaz de originar una erupción que eyecte más de 1.000 kilómetros cúbicos de materiales o, lo que es lo mismo, una erupción volcánica con un Índice de Explosividad Volcánica de 8, el máximo de esta escala.

Para que un volcán pueda ser considerado como supervolcán tiene que haber tenido una erupción de esa magnitud en el registro geológico, la cual se puede conocer mediante la gran cantidad de sedimentos volcánicos que deja, tanto en las proximidades del centro eruptivo como en áreas más alejadas, y la datación de estas rocas.

Esquema de la caldera de Yellowstone - National Park Service

Cómo identificar un supervolcán


Sin embargo, su identificación en la superficie terrestre es complicada. Los supervolcanes no son volcanes normales y, por tanto, su estructura difiere de los volcanes más conocidos, aquellos que crean una montaña a partir de los materiales que expulsan. 

Así, los volcanes capaces de originar una supererupción son aquellos que conforman una caldera volcánica gigante de varios kilómetros de diámetro. Estas calderas se forman al hundirse el terreno después de una gran erupción volcánica, en la que están involucrados grandes flujos piroclásticos que alcanzan distancias de hasta 150 kilómetros y pueden ascender montañas de 1.000 metros de altura. Estos flujos crean, una vez sedimentados, las ignimbritas, un tipo de rocas muy importantes para conocer el alcance de una erupción pasada.

Supervolcanes: calderas gigantes con procesos de levantamiento


Tras la expulsión de los materiales de la cámara magmática a la superficie y el hundimiento de la región situada inmediatamente encima de esta cámara, la caldera es rellenada por sedimentos y en muchas ocasiones por agua, la cual acaba formando un amplio lago, tal y como sucede en la caldera de Toba. 

Después de la erupción de un supervolcán, que según algunos expertos suele ser de corta duración, y de la formación de la caldera, esta sufre un lento proceso de levantamiento que por lo general sucede en un punto concreto de la caldera. Pulsos menores de elevación o subsidencia del terreno debido a los movimientos del propio magma a varios kilómetros de profundidad también son normales. Calderas como la de Yellowstone, uno de los supervolcanes más conocidos, tienen procesos de este tipo.

Consecuencias de la erupción de un supervolcán

Recreación de la supererupción en la región del Taupo (Nueva
Zelanda) - CC-by-sa Anynobody

La expulsión masiva de materiales volcánicos a partir del lugar donde se produce la supererupción origina la caída de gran cantidad de este material, entre el que se encuentran piroclastos de tamaño considerable, tefra y ceniza, y su deposición en un área amplia alrededor del centro volcánico. Como consecuencia directa de una supererupción, la región más próxima al lugar quedaría devastada mientras áreas más alejadas pueden ver cómo una nube de ceniza volcánica cubre el cielo. La ceniza comenzaría a caer dejando una importante capa de este material volcánico en el terreno.

Una supererupción afectaría al clima


Los gases volcánicos y la columna eruptiva llegarían hasta capas altas de la atmósfera y se extenderían por todo el planeta en unos meses. Esto provocaría un efecto indirecto en el planeta, un descenso de la temperatura global cuya magnitud es muy difícil de conocer, pero que se estima que podría alcanzar los 5 ºC y afectar a la Tierra durante varios años.

Sin embargo, erupciones de proporciones gigantescas, como son las de los supervolcanes, tienen lugar tan solo unas pocas veces en el transcurso de un millón de años. Así, a pesar de suponer un importante peligro para la humanidad, la probabilidad de que se produzca una supererupción durante los próximos años, o incluso siglos, es baja.

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