La erupción volcánica de Toba fue la mayor de los últimos 25 millones de años, provocó un invierno volcánico y casi extingue al Homo sapiens, nuestra especie.
Erupción de Toba, en Indonesia, hace unos 73.000 años - CC-by-sa Anynobody |
Hace aproximadamente 73.000 años, las poblaciones humanas se encontraban en plena expansión. Salían del continente africano para buscar nuevos lugares donde poder establecerse. Sin embargo, ninguno se esperaba lo que pasaría poco después.
El volcán de Toba hizo erupción hace 73.000 años
A miles de kilómetros de África, en la isla de Sumatra, un volcán entró en erupción, pero no era un volcán cualquiera, era Toba. La erupción de Toba comenzaría seguramente con las señales previas a una explosión volcánica. Pero una vez que los gases y el magma empezaron a salir no pudieron parar. Después de que acabara de arrojar materiales, tan sólo quedó un gran lago volcánico de 100 kilómetros de largo por 35 kilómetros de ancho.
Toba expulsó unos 2.800 kilómetros cúbicos de material, entre ellos 800 kilómetros cúbicos de cenizas. En comparación, el monte Pinatubo (la segunda mayor erupción volcánica del siglo XX) expulsó 10 kilómetros cúbicos de materiales en 1991 y el monte Tambora, que en Europa y Norteamérica provocó el denominado “año sin verano” en 1816, arrojó unos 100 kilómetros cúbicos en 1815. Las cenizas de Toba llegaron a miles de kilómetros del lugar, como el Mar de China Meridional o el centro de India, donde se han llegado a medir hasta 6 metros de este material procedentes de la explosión volcánica.
La explosión volcánica de Toba fue la de un supervolcán
La erupción, que ocurrió en el norte de la isla indonesia de Sumatra tuvo un Índice de Explosividad Volcánica de 8, el mayor en esa escala y, probablemente, es la mayor erupción volcánica en los últimos 25 millones de años. Lo que supondría que la erupción de Toba puede considerarse la de un supervolcán.
Imagen del Lago Toba tomada por el Terra Modis el 3 de septiembre de 2014. |
Toba desencadenó un invierno volcánico
Pero las consecuencias fueron más allá. Toba consiguió introducir en las capas altas de la atmósfera una gran cantidad de gases que provocaron un invierno volcánico, que duró unos 6 años y pudo haber alterado el clima de los mil años siguientes. La caída de temperaturas fue de hasta 12 grados centígrados en zonas de Europa y del norte de China, mientras que en el mar esta caída pudo ser de entre 3 y 3'5 grados centígrados. En India se reflejan estos drásticos cambios, ya que se redujeron las precipitaciones como consecuencia del descenso de temperatura, lo que provocó una sustitución de la flora de la zona.
El Homo sapiens al borde de la extinción
Varias especies desaparecieron y el invierno volcánico afectó también a las poblaciones de Homo sapiens que se encontraban en plena expansión fuera de África. Se estima que los supervivientes a este frío repentino fueron unos 10.000 adultos. Así, se originó un “cuello de botella” en la población humana, el cual pudo haber ayudado a la diferenciación que existe en la actualidad ya que, según Stanley Ambrose (antropólogo de la Universidad de Illinois) comentó a Sciencedaily en septiembre de 1998, este evento pudo haber reducido el número de Homo sapiens “a niveles suficientemente bajos para que los cambios evolutivos, los cuales ocurren mucho más deprisa en poblaciones pequeñas, produzcan diferenciaciones rápidas en una población”.
De esta forma, Toba llevó a nuestra especie a un punto cerca de la extinción, algo que otros volcanes puede que ya hubieran conseguido, como las erupciones de Yellowstone. Pero nuestros antepasados consiguieron salir adelante, desarrollarse y hacer que sus descendientes, nosotros, llegáramos hasta este instante.
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